Los mandamientos paradójicos

He leído este texto esta mañana. Es muy, muy bueno. Al parecer se trata de la obra «The Paradoxical Commandments» (Los mandamientos paradójicos), del Dr. Kent M. Keith. Me gusta mucho porque transmite un espíritu o una mentalidad o actitud constructiva, positiva, fuerte, proactiva… en el sentido de que debemos siempre seguir nuestro propio camino, contra viento y marea, contra todas las dificultades que puedan presentarse. Incluso contra las actitudes y reacciones del resto de seres humanos. Lo que se dice me parece muy ajustado a la realidad, o sea, «por desgracia» muy acertado. Y no me acabo de sentir a gusto al decir «por desgracia», porque implica una visión del ser humano en cierta manera negativa. En realidad y por eso digo lo de seguir nuestro propio camino no deberíamos esperar nada de los demás. Ni esperar, ni exigir, ni demandar, ni crearnos expectativas, ni dejarnos arrastrar por nuestros deseos y sueños involucrando a otros/as, ni ir por la vida con una actitud o un comportamiento que impliquen necesidad, carencia emocional, victimismo, demanda como he dicho… una actitud, para entendernos y hablando en lenguaje coloquial, de «me deben dinero y no me pagan». No, ése es un grave error. Nadie nos debe nada ni tiene ninguna obligación con nosotros, ni siquiera o sobre todo, y esto es fuente de muchos problemas, mucho sufrimiento y frustración, muchos malentendidos, muchos encontronazos a nivel emocional, o a nivel de las opiniones, las ideas, las valoraciones o las actitudes que deberían tener hacia nosotros. Tampoco deberíamos ir por ahí lanzando reproches o acusaciones o haciendo críticas feroces en las que nos ensañemos y demos rienda suelta a nuestro dolor o resentimiento.

Considero y de nuevo, cada persona sabrá por sí misma, o habrá de transitar su propio camino filosófico, emocional y vital que todo esto es digno de mucha, mucha reflexión. Reflexión fundamental. Sí, es difícil «no depender» en buena medida se trata de eso, de dependencia o independencia de nadie, pero ir por la vida con esta actitud positiva y proactiva sería lo ideal y recomendable, lo más sano y lo más sabio. Y cuidado, no confundamos: no soñar, no desear, no tener expectativas, no montarse películas, no esperar nada o gran cosa no significa en absoluto no sentir, no amar o no vivir. De nuevo deberíamos apelar a la responsabilidad y la madurez personal y emocional y asumir que si te atreves a soñar, a amar y a desear has de estar preparado para el posible batacazo, la posible decepción, el posible hostiazo contra la desnuda realidad, la posible caída.

¿Y por qué, podríamos preguntar en el fondo, hemos de hablar de batacazo, decepción o golpe? De nuevo la fuente de todo esto se revela claramente, si reflexionamos y somos lo suficientemente valientes para mirarlo de cara y admitirlo: son nuestras propias expectativas las que nos pueden llevar al fiasco; nunca, en realidad, las demás personas, la manera en que sean, piensen, sientan o se comporten.

Todo lo dicho hasta ahora puede considerarse una hoja de ruta a nivel filosófico, mental, psicológico, emocional… y cómo no, también espiritual.

Todo lo dicho hasta ahora formaría parte de un formidable trabajo de limpieza y depuración de emociones aflictivas; también de actitudes y planteamientos errados; limpieza de las alcantarillas, de la porquería, de la mierda, de la toxicidad.

8 comentarios en “Los mandamientos paradójicos

    1. Los seres humanos somos paradojas con patas. Son formidables estos mandamientos, sí. Requieren fortaleza y una independencia mental, emocional y vital que cuesta de adquirir y hay que trabajársela, sin duda. Si lo sientes de corazón así, que es la manera correcta de enfocar y comportarse… ¡ya estás en el camino correcto!

      Namastebeso.

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  1. Me encantó. Claro que implica una serenidad y fortaleza impresionante para poder hacer las cosas aún a sabiendas que todo lo que hagas puede no ser suficiente o puede ser usado en tu contra. Creo que aquí lo que facilita esto es la tranquilidad que da el hacer el bien. Poder dormir por las noches, tener paz. Hacer lo correcto siempre nos traerá paz y al tener paz nuestra mente no bulle tanto, somos más felices. Es mi opinión muy personal.

    Saludos.

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    1. Sí, requieren mucha fortaleza y serenidad, pero lo que dices es tremendamente acertado y muy «budista»: hacer lo correcto ya aporta serenidad y nos ayuda a construir esa paz… usando las hermosas palabras de cierto bloguero, es como una espiral virtuosa. Si la paz es como un templo, entonces lo construimos poco a poco, con paciencia, perseverancia, generosidad, amor, piedrecita a piedrecita, no importa.

      Nada reconforta más que actuar correctamente, dando todo lo que tienes. Hay un dicho en catalán:

      Qui fa el que pot, no està obligat a més (quien hace lo que puede, no está obligado a más).

      Namastebeso.

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    1. ¡Paloma! Sí, es muy hermoso todo esto pero implica fortaleza, perseverancia, paciencia, fe, generosidad… poco a poco. Esto no puede implementarse de golpe, porque entonces seríamos Budas, santos, seres de Luz. Si se va construyendo esta forma de actuar y de ser ya está bien así. De hecho yo creo que todos funcionamos más o menos así, con el método del ensayo y error, con lo de diez pasos atrás y un pasito hacia adelante… con pequeñas o grandes decepciones que se pueden ir superando y vuelta a la actitud correcta. Lo otro es rendirse y caer en el escepticismo, la negatividad, el «a la mierda todo», ja ja ja. Y no. Por eso no es fácil.

      Namastebeso.

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