La redención de Fitzcarl

Vamos con el reto literario Escribir jugando perteneciente al blog de Lídia Castro correspondiente a este mes. Éstas son las condiciones requeridas:

  1. Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la carta.
  2. En tu creación debe aparecer algo relacionado con la imagen del dado: jaula.

Opcional:

Que aparezca en la historia algo relacionado con el cheque bancario.

Considero oportuno hacer unas aclaraciones previas que quizá ayuden a entender la naturaleza de este microrrelato y también su génesis. Porque la verdad es que me he inspirado en dos películas para crearlo, así que estas explicaciones ponen un poco sobre la pista.

La primera de ellas es Fitzcarraldo (1982), dirigida por Werner Herzog. Considerado un film de culto, esta mítica y controvertida película basada en un personaje y en hechos reales nos presenta a un excéntrico magnate del caucho en la selva amazónica peruana, Brian Sweeney Fitzgerald, que mezcla sus ambiciones comerciales con su intención de llevar la ópera al corazón de la Amazonia. Una de sus locuras es pasar un barco de vapor de un río a otro arrastrándolo por una empinada colina. Son precisamente las escenas más célebres de esta genial cinta.

Si alguien tiene interés en profundizar sobre dicha película, le invito a visitar estas dos interesantísimas reseñas, donde se nos habla de los fascinantes pormenores de su difícil rodaje: en COLLIDER (puede traducirse) y en InsideCinema.

La segunda película es sin duda mucho más conocida por el gran público: The Mission, dirigida por Roland Joffé en 1986. Nos presenta las peripecias de una expedición de misioneros jesuitas en la zona de las cataratas del Iguazú, donde intentarán llevar la civilización, las artes y la cultura europeas a los indios guaraníes que habitan esa parte de la selva amazónica. Y cómo no, por supuesto, también el credo y la fe cristiana. El Padre Gabriel (Jeremy Irons) intentará llevar a cabo su labor pastoral con la sola ayuda de una Biblia y un oboe. Poco a poco el proyecto va tomando cuerpo, creando una serie de reducciones o misiones (una especie de comunidades autosuficientes donde los indios eran evangelizados).

Ocho lecciones para jóvenes cineastas que dio 'La misión' - Cultur Plaza
Jeremy Irons

La película tiene una trama compleja y recoge con rigor las disputas históricas de las monarquías absolutas europeas y también dentro del seno de la Iglesia Católica, donde la Compañía de Jesús tenía un papel preponderante. Pero lo que me interesa en absoluto es el aspecto religioso, el elemento que ha inspirado mi relato es justamente el segundo protagonista: Robert De Niro encarna al capitán Rodrigo Mendoza, un ex-traficante de esclavos, mercenario y asesino. Este oscuro personaje descubre a su amante y a su hermano manteniendo una relación, y se bate en duelo con su propio hermano, matándole. A partir de ese momento sufre una transformación física y psicológica, siendo consumido por el remordimiento. Tanto por la muerte de su hermano como por la de los indios cazados y masacrados. Buscando el perdón se hace jesuita, pero no logra perdonarse a sí mismo. Tal como nos dice la Wikipedia, «el padre Gabriel le invita a la reconciliación con Dios, con los indios guaraníes y consigo mismo al proponerle ir con él a la selva y ayudar a la labor que llevaban a cabo en una de sus reducciones. El capitán acepta, cargando voluntariamente con sus armas y bagajes, por un territorio accidentado, hasta donde viven libremente los guaraníes. Allí es perdonado por estos —que lo reconocen— y liberado espiritualmente de toda carga pasada». 

La misión (1986) | MUBI
Robert De Niro

¿Qué puedo decir? Me parece una película extraordinaria y el personaje y la historia del capitán Mendoza me impresionaron profundamente. Así que reuniendo diversas piezas de este puzzle he fusionado una travesía en un navío por las aguas amazónicas —al estilo del film Fitzcarraldo— con el personaje destrozado por la culpa y el dolor de The Mission. Mi relato mezcla ambos argumentos para producir un resultado diferente: una expedición con fines comerciales capitaneada por un sanguinario personaje. Lo que he pretendido es presentar la peor cara del colonialismo; la barbarie, la locura; la crueldad y el desprecio para los pueblos indígenas de por ejemplo las selvas latinoamericanas; el pisoteo de sus derechos, sus hábitats, sus vidas, su paz; la explotación, cómo no, de los recursos naturales para proveer de caprichos al mundo rico… Europa por ejemplo.

Fitzcarraldo, el desafío de lo imposible - Issuu
Fitzcarraldo | Il teatro dei sogni (e della follia) di Werner Herzog
Conquistador of the Useless: Fitzcarraldo (1982) – I Hated Black And White  Movies
Klaus Kinski protagoniza Fitzcarraldo junto a Claudia Cardinale
Fitzcarraldo | Cinema Esencial | Reseña
Photographing Fitzcarraldo - The American Society of Cinematographers  (en-US)
Fitzcarraldo — ruidoblanco
Seis escenas de una película excepcional y única: Fitzcarraldo.

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Algunas fotografías, no relacionadas todas ellas entre sí, pero sí con el espíritu del microrrelato.

Film Review: The Mission (1986) Scraps From The Loft, 48% OFF
Robert De Niro en una escena de La misión.
Lembra dela? Atriz do filme 'Tainá' cria marca de moda com arte indígena
Escena de la película «Tainá – A Origem» (2013).
The Mission (1986), 40% OFF | boitearire.fr
Robert De Niro en una escena de La misión.
Empire Film: 'The Mission' and the colonisation of history — Paddy Docherty
Otra escena de La misión.
Escena de la película «Tainá – Uma Aventura na Amazônia» (2000).
Imagen de la película «Tainá – A Origem» (2013) de la cineasta Rosane Svartman.

Concluyo la entrada con un apunte más. Esta mañana, yendo al trabajo en metro, un inmigrante latino, acompañado de una flauta andina, ha empezado a interpretar un conocido tema. Me ha hecho reflexionar y me ha llegado hondo. Sí, porque pese a ser unos versos de aparente simpleza, estos tienen un enorme calado humano:

(León Gieco)

Para mis adentros he pensado en una variante que tiene todo el sentido:

Namaste.

11 comentarios en “La redención de Fitzcarl

  1. Me encantó tu relato por varias razones: tocas el tema del colonialismo en América con empatía hacia las personas que vivían acá y que tuvieron que sufrir esos eventos. Otra cosa que me gustó es que tu relato es esperanzador pues muestras que la redención es posible para cualquier persona que haya obrado mal. Por último, los elementos del reto están muy bien incorporados y todo resulta en un gran mensaje de amor y perdón.

    Gracias por este aporte al reto de Lidia. Saludos.

    PD: La primera peli no la he visto, la segunda me parece que sí, pero ya no me acuerdo, se me antojó buscarla y volver a verla. De Niro es genial.

    Saludos.

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    1. Muchas gracias a ti, Ana, por tan bello y sincero comentario. Estoy totalmente de acuerdo con las observaciones que haces.

      Sí, puede resultar incluso extraño o exagerado que se dé una redención de los pecados tan drástica, o un arrepentimiento tan radical, o cambiar tus actitudes, tu vida, tu forma de actuar y reacciones… pero no es imposible (me refiero al capitán Mendoza y a Fitzcarl). Qué pena que al ser humano le cueste tanto, pero de hecho la posibilidad de rectificar y cambiar siempre está ahí, intacta, impoluta.

      Seguro que influyó el contemplar la inocencia de esa niña, que fue el elemento catártico. Fíjate, me alegra el que pueda comentar algo que he presenciado esta mañana desde mi terraza. Vivo en una calle muy empinada. Un hombre ha bajado su pesada moto un trecho de calle, marcha atrás (sin ir montado) para tomar una calle que intersecciona. Se le han caído los guantes al suelo y no se ha dado cuenta. Al cabo de unos segundos, mágicamente, ha aparecido una niña pequeña, muy mona, con dos coletas, que montaba una diminuta bicicleta. Iba con su madre. La niña ha recogido los guantes y sí, ha ido directa a entregárselos al señor (ya fuera de mi ángulo). He pensado en mi historia de redención y en las niñas con superpoderes.

      Totalmente de acuerdo, De Niro es un actor brutal, soberbio casi siempre y uno de mis preferidos sin discusión. Merece que nos quitemos el sombrero ante su talento. No dudes si puedes ver La Misión de nuevo… yo debería hacerlo también.

      Namaste.

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  2. Muy bonita entrada y Microrrelato en el que tocas en pocas palabras dos temas tan amplios como la ambición desmedida del ser humano y la redención, dejando ese final luminoso, que es el que nos gustaría encontrar en todos los finales.
    He podido refrescar las películas que mencionas con tu introducción y, recordando un libro que me gustó muchísimo que es “La aventura equinoccial de Lope de Aguirre” de Ramón J. Sender, he recordado también que el tándem Herzog-Kinski también nos dejaron su particular visión del tema en “Aguirre, la cólera De Dios” diez años antes que Fitzcarraldo.
    Personajes que le van fenomenal al actor alemán. Me gustan mucho esas fotos con su traje blanco en la selva y su mirada extraviada…
    Me ha gustado mucho tanto la inspiración empleada como el resultado. Buen fin de semana!!

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    1. Muchas gracias, Eva. Desde luego, como bien dices son dos temas muy amplios, complejos y tremendamente humanos: la ambición desmedida y la posibilidad de redención que, como acabo de decirle a Ana, siempre está ahí. Ese final ideal, luminoso (esto me ha gustado mucho) no se da tan a menudo. Seguramente es ideal e idealizado. Muchas veces me llego a plantear si es que soy demasiado idealista o si vivo desconectado de la cruda realidad. Pero no, no vivo desconectado. Y cada persona percibe la realidad de una manera absolutamente única, así que aporto lo que puedo y lo que sé. Lo que ocurre es que, desgraciadamente, las posibilidades de obrar con maldad, con egoísmo, con violencia, de herir a los demás o incluso masacrarles son enormes… y entonces parece que obrar de forma bondadosa o sabia sea algo utópico. Que siempre haya de salir la parte oscura del alma… esa que inspira las murder ballads.

      Hace muchos años que vi Fitzcarraldo Aguirrela cólera de Dios. Debería verlas de nuevo… seguro que las digería, entendía y vivía de una forma distinta. Porque no me parecieron nada fáciles en su momento. Se notaba la enorme carga conceptual que el director quería transmitir. Gran tándem el de Herzog-Kinski, con una relación mucho más cercana al odio (o tensión) que al amor, como he leído estos días. Por cierto la hija de Kinski muy grande también, protagonizando la inolvidable Paris Texas, aunque me salga del tema.

      Gracias por la visita y la lectura.

      Namaste.

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  3. Wow, me dejas boquiabierta no solo con el micro sino con la lección histórica, moral, ética y empática de un episodio que tiñe de negro la historia de la humanidad.
    Centrándome más en el micro, qué decir… Es un personaje cruel, que no siente, que solo vive desde el ego. Y el final… con una niña casi divina que logra enternecer el corazón del protagonista y le ofrece un perdón que solo alguien sin ego puede ofrecer.
    Además, los elementos del reto están perfectamente integrados. Muy buen trabajo. Muchas gracias por tu aporte al desafío de este mes. Un abrazo, What.

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    1. «La lección histórica, moral, ética y empática de un episodio que tiñe de negro la historia de la humanidad». Crec que no es podria expressar d’una forma millor. Totalment d’acord.

      Moltes gràcies per les teves valoracions. Sens dubte, el personatge interpretat per De Niro a La Misión em va impressionar molt i és el que m’ha inspirat per inventar-me un sàdic i violent comerciant al servei del colonialisme més salvatge.

      La possibilitat del perdó i de redimir-se dels pecats, les males accions, i de rectificar i obrar de forma bondadosa i sàvia sempre està pressent. A vegades les circumstàncies de la vida porten a les persones a això, per sort.

      I les fotos de la nena Tainá? Em semblen meravelloses, maquíssimes. Buscava alguna imatge d’una nena indígena que anés bé amb l’entrada i em vaig trobar aquesta meravella. La que està abraçant al mico em sembla una passada, m’encanta. D’aquelles imatges que diuen més que mil paraules. O la mare i la nena amb la fletxa.

      Vaig pensar després d’escriure això que tant de bo poguéssim cridar des dels nostres petits racons a la blogosfera «no mateu més!» o «prou destrucció, barbàrie, odi, violència, patiment» i que això es pogués màgicament fer realitat. Per què la natura humana, la història de la humanitat tantes vegades és tan fosca i complicada? Per què no poden prevaldre l’amor i la llum? Suposo que és la història d’un combat còsmic i espiritual… les pròpies contradicciones de l’ésser humà.

      Una abraçada.

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  4. hablacontusamigos9716b6103b

    Te ha quedado un micro muy sintético y ajustado a las premisas del reto ¡Enhorabuena! Y además tiene mucho mérito porque has escogido dos películas absolutamente antagónicas y sin embargo semejantes en sus enormes diferencias, Fitzcarraldo es la historia de un sueño que se convierte en pesadilla, de un hombre que se cree Dios, que reta a Dios y que cuando la debacle de su empresa debería consumirlo, sin embargo resulta que todo el periplo de su historia efectivamente le ha convertido en un Dios a los ojos del pueblo indígena, abraza su fracaso, acepta lo absurdo de la situación y termina súper feliz en esa memorable escena final navegando por el río aclamado por el pueblo mientras todo la orquesta y el coro interpreta navegando en el  barco el preciosísimo “A te o cara, amor talora” de la ópera Il Purinatini que dice algo así como que a pesar del sufrimiento y todos los tormentos al final llega la dicha y la alegría.. Del otro lado está La Misión, con un hombre entregado a Dios y el otro, el capitán Mendoza, luchando y haciendo todo tipo de barbaridades en su nombre, que coincido contigo, interpreta magistralmente De Niro, totalmente atormentado que finalmente cae de su caballo como Pablo, pero este impresionado por la inocencia de esa niña,  su pesadilla, al contrario que Fitzcarraldo, termina en su ansiado sueño de alcanzar la paz interior. La verdad es que esta película la tengo mucho más olvidada que la otra, recuerdo eso sí, la música también preciosísima de Morricone. Así que gracias por recordarme dos preciosas películas, un beso!

    PD

    Ya sabes, soy la anónima María.. tanto empeño tenías en quitarnos y que superáramos el ego, que yo aquí, incluso jajaja me quedé sin nombre jajaja

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    1. Pedazo de comentario… buenísimos los dos análisis que aportas de las películas. Muchas gracias por ello y por los halagos.

      Es verdad, son dos películas antagónicas y muy distintas y sin embargo tienen unos cuantos rasgos en común fundamentales. Ambas transcurren en la selva amazónica. Ambas nos presentan a «conquistadores» o emprendedores o aventureros occidentales que quieren incursionar en ese mundo con distintos objetivos y que buscan dejar su huella ahí con distintas motivaciones.

      Películas no fáciles de asimilar, sigo diciendo. Especialmente Fitzcarraldo y ese mundo propio de Herzog. La Misión de hecho es densa y todavía puedo recordar que la trama vira hacia la lucha armada y la tragedia al final. Todo ese aspecto de la colonización ideológica, cultural y religiosa me tira un poco hacia atrás, o me pone un poco de mala hostia, la verdad, porque es algo que rechazo. Me deja cierto mal sabor. Pero bueno, son hechos históricos, es lo que hay.

      No mencioné la banda sonora, preciosa, pero de hecho me compré el CD de Morricone en su día.

      Desde luego superar el ego es beneficioso y necesario, aunque te cueste creerlo y aunque no parezca «obligatorio»… solo optativo o voluntario. «Yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo… mi historia (deja que te cuente)… porque a mí me pasó (te cuento)… porque mi padre, mi madre… porque mi familia… porque en mi caso… yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo… yo he hecho (mi historia sirve como una especie de ejemplo o referencia)… mi experiencia, mi pasado, mis ideas, mis opiniones, mis impresiones… yo, yo, yo… «. Y así hasta el infinito. Qué pesado, cansino, previsible y repetitivo. Y supongo que humano y comprensible. Digo todo esto con la máxima neutralidad posible, porque así lo veo y lo siento. Había una canción de George Harrison titulada I Me Mine y por ahí van los tiros (sabrás que Harrison fue el Beatle a quien el misticismo de la India le dio más fuerte, con diferencia).

      En cuanto a los comentarios… veo que aquí tampoco puedes hacerlo con normalidad. Qué raro. YO no he hecho nada, ja ja. ¿Qué yo, si no hay ninguno? Alguna cuestión técnica te está pasando por alto, me parece. ¿O será a mí, sin haber tocado nada? Para que veas… comentar, no comentar… desaparecer, volver… y ahora (te) pasa esto… no sé si este boomerang obedece a algún motivo o si se pueden extraer lecciones de ello. Aunque estás tuneando el nombre y algún día volverás a ser «la María de siempre (o de antes)», seguro.

      María… de verdad, de verdad, de verdad (puedo experimentarlo, no es una fantasmada): no hay yo alguno. Es simplemente la mente, formándose una imagen de sí misma y teniendo pensamientos autorreferentes. Este que habla y escribe cada vez tiene una imagen del personaje más y más débil… se diluye como un terrón de azúcar. Lo que sí hay, y no desaparece, es la inteligencia (conciencia, observación, atención, claridad)… si se quiere llamar a esto «yo», pues adelante (el yo queda incluido, es un aspecto más de esta inteligencia).

      Gracias por la lectura.

      Namaste.

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  5. Buen trabajo el aportado con tu micro, y muy buenos antecedentes filmográficos e históricos para envolver tu relato. Ese trasfondo le da mucha fuerza y emotividad a la historia. Me ha gustado el final que parece abogar por la redención de los pecados tras el arrepentimiento.

    He disfrutado con la lectura, buen micro, un abrazo.

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